CRECIMIENTO
Señor, ayúdame a crecer cada día,
sin prisa pero sin pausa,
de modo constante y armónico,
para que pueda darte gloria
con cada don de mis manos,
con cada palabra de mi boca.
Concédeme que ame al prójimo
sin distingos de razas ni colores.
Dame mucha paciencia, a raudales,
para gastarla sin tasa con todos.
Ayúdame a ser comprensivo
y a abrir siempre la mano
con respeto y cariño
a quien me pide auxilio.
Que lime esas asperezas
que a otros tanto hieren.
Para eso necesitaré
tu poda y tus atenciones,
que cortes mis ramas secas,
las que ya no llevan fruto.
Cuando me quede vacío
lléname de vino nuevo,
y cuando me extravíe
y vaya descaminado,
corrígeme pronto y ponme
a tu lado y protegido.
Consuela por mi medio
a quien tiene angustias y miedo.
Con mis manos alimenta
almas y cuerpos hambrientos.
Usa mis labios, mis pies,
mi cerebro y mi mente.
Úsame para tu gloria
y para hacerte presente.
Úsame, Padre, te pido,
como canal de tu gracia.
Y ahora ya me despido:
“hasta luego” sin falta.
Ivie Bozeman.
“El amor matrimonial
tiene el poder de suscitar
en el corazón humano
toda la valentía,
la confianza
y la generosidad”
F.X. Nguyen van Thuan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario