Viendo los 2 evangelios el del pasado
domingo (Mc 10, 35-45) y el del próximo (Mc 10, 46-52) vemos 2 encuentros con
Jesús muy actuales para nosotros y que vivimos todos los días en el primero
Santiago y Juan le piden a Jesús que los siente a su derecha e izquierda. Esta
es una petición que hacemos a Jesús todos los días: que mi hijo apruebe, que mi
mujer-marido me comprenda, viajamos y pedimos no tener ningún accidente y
también la tentación de la soberbia que consiga este ascenso o mejora en lo que
sea, porque me lo merezco por mi trabajo y hasta podemos pedir que nos toque el
cupón cuando no llegamos a fin de mes. Son peticiones muy humanas. Incluso
dentro de la jerarquía existe el deseo de ser más.
El trepa ignora a los que le
rodean, o los utiliza para su propio beneficio. Pero no ignora a todos, intenta
colocar a todos los de su familia y amigos para que tengan buen sueldo en
puestos de poco trabajo. Los otros discípulos se indignan ante la actitud de
Santiago y Juan igual que los compañeros del trepa. Esta historia ocurre en
cualquier “sociedad” o empresa o asociación incluso en la jerarquía eclesiástica.
Son los que pretenden usar la Fe en el Señor para aprovecharse del Señor de la
Fe y de sus hermanos en la Fe.
Las 3 grandes tentaciones del ser
humano son el poder, el placer y el tener. Pero San Marcos nos explica la
postura de Jesús ante estas tentaciones:
El
autentico puesto de honor es el de servidor de todos
En Jesús se nos muestra la grandeza de
Dios pero nunca pide a nadie que le sirvan. El ayuda y se abaja para consolar a
los abatidos por distintas causas. Invierte la escala de valores humanos. Jesús
paga un rescate por nosotros y el precio que paga es su propia vida. El rescate
que se paga por alguien va en relación con el valor de ese alguien. ¿Cuánto
valemos para nuestro Padre que es el que
paga el rescate? El precio que paga es la vida de su propio Hijo. Debemos de
valer mucho para el Padre cuando es capaz de pagar tal rescate por nosotros.
Jesús da su vida por el hombre; pero entregar la vida lo concebimos como la
muerte de Jesús y no es así, la muerte es el final de la vida pública de Jesús.
El entrega su vida a los pobres y abandonados, leprosos, prostitutas etc, y en
los caminos con sus enseñanzas. Meditemos las últimas palabras de este
evangelio:
“el que quiera ser grande será vuestro
servidor; y el que quiera ser el primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo
del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en
rescate por todos”
En el
movimiento de Jesús desaparece toda autoridad patriarcal y emerge Dios, el
Padre cercano que hace a todos hermanos y hermanas. No hay rangos ni clases. No
hay sacerdotes, levitas y pueblo. No hay lugar para los intermediarios. Con
Jesús es diferente.
Sus
seguidores, hombres y mujeres, se sientan en corro alrededor suyo; nadie se
coloca en un rango superior a los demás; todos escuchan su palabra y todos
juntos buscan la voluntad de Dios.
No se guarda
tampoco ningún ritual ni normativa jerárquica en las comidas; a nadie se le
reserva un lugar privilegiado en los banquetes de Jesús. (José Antonio Pagola.
Jesús: aproximación histórica)
San Marcos continua en el evangelio
del próximo domingo con otra forma de encuentro o de relacionarnos con Jesús
que también es muy actual, y en este caso se nos dice el nombre de la persona
el ciego Bartimeo: el hijo de Timeo; está mendigando en los caminos, oye jaleo
y se entera que viene Jesús y comienza a gritar y a llamarle: ”Jesús Hijo de
David, ten compasión de mí”. Aunque “los listos” le quieren apartar y que se
calle; pero Jesús nunca es indiferente cuando oye su nombre, contesta
“llamadlo” y los que van con Jesús, que hoy somos nosotros los que nos llamamos
cristianos; le buscan y le dicen “animo, levántate que te llama”. Cuantas
ocasiones nos encontramos en nuestra vida en que Jesús llama y somos nosotros
los encargados de transmitir esa llamada de llevar a alguien la buena noticia: ánimo que Jesús te llama. Jesús nos llama
en la calle, en el trabajo, en casa, en la reunión del equipo, en las
convocatorias de los ENS par apertura ejercicios etc. y siempre tenemos a nuestros responsables que nos dicen: ”animo,
levántate que Jesús te llama”. Pero tenemos que hacer lo que el ciego: soltó el manto dio un salto y se acercó”. El
manto le ataba al suelo, le impedía acercarse a Jesus. Nosotros tenemos muchas
veces “mantos” que nos atan e impiden acercarnos a Jesús. Pero cuando nos
acercamos nos mira con su dulzura y hoy sigue preguntando: ¿Qué
quieres que haga por ti?: Maestro: que pueda ver.
Somos
también ciegos. Desconocemos a Jesús. Nos falta luz para seguir su camino.
Ignoramos hacia dónde se encamina la Iglesia. No sabemos siquiera qué futuro
queremos para ella. Instalados en una religión que no logra convertirnos en
seguidores de Jesús, vivimos junto al Evangelio, pero fuera del Evangelio. El
ciego es consciente de que si sus ojos se abren todo cambiará y nos dice el
evangelio que tras recobrar la vista lo seguía por el camino. Este puede ser
un año glorioso para la Iglesia tras el
concilio vaticano II. Se nos ha abierto la puerta de la Fe, entremos, vamos a
quitarnos el manto. Jesus pasa cerca, llamémosle con gritos como el ciego: Hijo de David: ten compasión de mí. Y
cuando nos pregunte ¿que quieres que
haga por ti? Nuestra respuesta es sencilla: maestro que pueda ver, que pueda ver tu camino, que te siga en la
verdad, que pueda ver tu luz y seguirla que pueda ver el camino de nuestra
madre la Iglesia y quiero seguirlo.
Hay algo muy
claro en el evangelio de Jesús. La vida no se nos ha dado para hacer dinero,
para tener éxito o para lograr un bienestar personal, sino para hacernos
hermanos.
Si pudiéramos
ver el proyecto de Dios con la transparencia con que lo ve Jesús y comprender
con una sola mirada el fondo último de la existencia, nos daríamos cuenta de
que lo único importante es crear fraternidad.
El amor
fraterno que nos lleva a compartir lo nuestro con los necesitados es “la
única fuerza de crecimiento”, lo único que hace avanzar decisivamente a la
humanidad hacia su salvación. José
Antonio Pagola. El camino abierto por Jesús
Ahora en nuestro movimiento
ENS tenemos unos ciegos. Nos han informado nuestros responsables de sector que
45 jóvenes en Sevilla se han incorporado a ENSJ. Han oído pasar a Jesús y le
están llamando; necesitan alguien que les diga: “ánimo levántate que te llama”. Necesitan como el ciego alguien que
les acompañe hasta Jesús ¿podríamos ser nosotros?
Domingo
y Tina
Sevilla
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