miércoles, 29 de febrero de 2012

Cuaresma

 ¡Hola a todos!. estamos en Cuaresma. Un buen momento para hacer una parada y acompañar a Jesús en el desierto. Jesús fue al desierto antes de comenzar su vida publica y allí tuvo 2 grandes encuentros, con el maligno, igual que nosotros sufrió grandes tentaciones como hombre, y las mismas que nosotros: poder, orgullo, pasiones, soberbia, abandono, etc. aunque el evangelio refiere solo 3, pero las superó; y el segundo encuentro es con el Padre, el suyo y el nuestro, y allí descubrió su vocación humana, al desprenderse del mundo.
Os invitamos a desprendernos también del mundo y todos los días, un ratito, dejar tranquila la mente, cerrar lo ojos a los sentidos y los oídos a todos los ruidos que nos rodean y solamente dejar al Espíritu Santo actuar en nosotros, sin miedo, con abandono total en sus manos, dejándole que nos moldee, que actúe, y pidiéndole con fe que nos descubra nuestro camino y los misterios del Padre para estar mas cerca; tengamos todos los días un rato de desierto interior y exterior, buscando al Espíritu Santo en su casa, (dentro de nosotros). Practiquemos el ayuno, pero no el ayuno de los hombres, sino el ayuno de Dios: "El ayuno que yo quiero es este: abrir las prisiones injustas,hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo y no cerrarte a tu propia carne" (Is 58, 6-7).
Finalmente recomendaros la bienaventuranzas para la cuaresma:
Felices quienes recorren el camino cuaresmal con una sonrisa en el rostro y sienten cómo brota de su corazón un sentimiento de alegría incontenible.
Felices quienes durante el tiempo de Cuaresma, y en su vida diaria, practican el ayuno del consumismo, de los programas basura de la televisión, de las críticas, de la indiferencia.
Felices quienes intentan en la cotidianidad ir suavizando su corazón de piedra, para dar paso a la sensibilidad, la ternura, la compasión, la indignación teñida de propuestas.
Felices quienes creen que el perdón, en todos los ámbitos, es uno de los ejes centrales en la puesta en práctica del Evangelio de Jesús, para conseguir un mundo reconciliado.
Felices quienes se aíslan de tanto ruido e información vertiginosa, y hacen un espacio en el desierto de su corazón para que el silencio se transforme en soledad sonora.
Felices quienes recuerdan la promesa de su buen Padre y Madre Dios, quienes renuevan a cada momento su alianza de cercanía y presencia alentadora hacia todo el género humano.
Felices quienes cierran la puerta a los agoreros, a la tristeza y al desencanto, y abren todas las ventanas de su casa al sol de la ilusión, del encanto, de la belleza, de la solidaridad.
Felices quienes emplean sus manos, su mente, sus pies en el servicio gozoso de los demás, quienes más allá de todas las crisis, mantienen, ofrecen y practican la esperanza de la resurrección a todos los desvalidos, marginados y oprimidos del mundo. Entonces sí que habrá brotado la flor de la Pascua al final de un gozoso sendero cuaresmal.
Finalmente os enviamos el mensaje de cuaresma de Benedicto XVI.
Que la paz de Dios este con vosotros:
Domingo y Tina

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